LA MUJER QUE ESCRIBÍA NOVELAS DE AMOR
Corín Tellado ha sido la persona que más libros ha vendido en este mundo. Después de Cervantes fue la más leída en español. Se puede mirar en las enciclopedias y en el libro Guiness. No hay nadie, ni siquiera ella, que se sepa de memoria los 4.000 títulos que ha publicado. Sin embargo, los mandarines de la cultura nunca la nombraban. Tal vez porque fuera mujer o tal vez porque escribiese de amor.
Por las calles de España y de toda América del Sur muchos suspiraban con los libros de Corín, con esas pasiones de fuego y esa forma de amar que sólo se entiende en las canciones. Muchas niñas llevaron con honra el nombre de sus heroínas, que sus madres les pusieron para que fueran tan valientes y dichosas como las protagonistas de las novelas.
Sin embargo, Corín Tellado, la reina de los romances, confesaba, sin demasiada pena, que esas pasiones nunca las había vivido. De amor poco vio en su vida. Su padre enfermó cuando ella era una niña y casi no tuvo tiempo de saber cómo eran juntas las personas que le dieron vida. Por el patio de su casa oía gritos ahogados. Veía a sus vecinas con los ojos amoratados y los huesos doloridos. Y todo el mundo lo sabía. Cuando iban a comprar al mercado el marido decía: ‘Deme una guadaña’. La mujer decía: ‘Pero, Pepe, ¿para qué queremos otra guadaña?’. El marido decía: ‘Deme dos guadañas’. Y de camino a casa la mujer se iba llevando empujones, y ya en casa sentía el dolor intenso del cinturón en sus costillas. Así, como a los animales, se les enseñaba a obedecer.
Corín escribía mientras la lluvia de su tierra natal, incesante, golpeaba los cristales de su ventana. Y era ese ruido lo único que le traía a la realidad. Porque todo lo demás era un sueño. Soñaba ella y soñaban sus lectores, tan lejos como estaban.
Corín Tellado, la gran escritora de la pasión, esperaba con ansia que al fin llegara la ley del divorcio.
domingo, 6 de septiembre de 2009
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