Cuando Julio Cortázar comenzó a escribir sobre jazz, la crítica de su tiempo se le echó encima alegando que era algo vulgar y poco literario. Ahora pocas cosas son más literarias que el jazz. La prosa se crea, se inventa, se renueva, la auténtica literatura es la que crece con su tiempo. Lo único antiliterario es quedarse estancado.
Bajo esa premisa, Tito Montero esboza una historia contemporánea, un retrato tan actual y vivo de nuestro tiempo como un periódico digital que renueva noticias cada dos por tres. Unos diálogos que están más en la calle que en el papel, una prosa sin condescendencias, una literatura rápida, descojonante, negra y con sabor a cigarrillo. '10 corsarios' es una novela policíaca y suburbana, de programas de televisión y soberanos pares de tetas, de la soledad del escritor y del hastío del policía, de piratas y de transeúntes.
La crítica voraz a los intelectuales de nuevo cuño, gafas de pasta, suplemento dominical y snobismo excarcelado; el sexo sin tapujos, a veces con cheque y otras con ganas (bravo por no castrar sexualmente a las mujeres, como si no tuvieran fantasías sexuales o no supieran disfrutar de la felicidad de correrse tras una noche de juerga); la mugre que envuelve a la Policía Nacional; las feroces campañas de marketing que valen más que lo que promocionan; las tripas de una ciudad.'10 corsarios' es, en definitiva, como una herida abierta a la que se echa sal y escuece.
Rápida, intensa e intrigante, '10 corsarios' es el tipo de libro que uno desea tener en un aeropuerto para olvidarse del viaje. Y si cuando se llega a Tapei aún no se ha acabado, se terminará sobre la cama del hotel sin haber deshecho ni siquiera la maleta. Se consume a la velocidad de los cigarrillos.
Imagínense una puta, una calavera en una bandera negra, la felicidad de una caña bien echada, un monólogo en la televisión, una bomba que revienta una tertulia literaria, una pistola del siglo XVIII, un viejo policía que despierta, unos crímenes que nadie entiende, el Hotel de Las Letras con una alfombra de sangre a la entrada, un libro que nadie quiere publicar.
Imagínense tomar de un solo trago un café negro, una copa de bourbon, un vaso de vino peleón. Es rápido, te despierta, te excita, te revuelve las tripas; es adictivo. Imagínense este sabor en la boca.
Imagínense una cuenta atrás. Y de repente todo comienza.
Bien, acaban de empezar a imaginarse “10 Corsarios”. A partir de aquí siguen solos. Abróchense los cinturones y buena lectura. No se molesten en relajarse; esa sensación no les va a durar mucho.