miércoles, 24 de febrero de 2010

HOMENAJE ESPAÑOL A BENEDETTI

El conservador le dijo al socialista: “Vas a llenar el país de delincuentes”. El socialista le dijo al banquero: “Debería caérsete la cara de vergüenza”. El banquero le dijo al hipotecado: “Si pestañeas, te quito la casa”. El hipotecado le dijo al mendigo: “Ensucias las calles”. El mendigo le dijo al cura: “Usted no es más que palabras y solito se come el pan de la misa”. El cura le dijo al abortista: “Los asesinos como tú arden en el infierno”. El abortista le dijo al republicano: “Mucho te importa la política pero te olvidas de las personas”. El republicano le dijo al monárquico: “Por menos se hizo una guerra”. El monárquico le dijo al anarquista: “Vas a tener que llevarme por delante antes de crear el caos con el que sueñas”. El anarquista le dijo al comunista: “No eres más que otro dictador de pacotilla”. El comunista le dijo al locutor radiofónico: “Personas como tú deberían estar prohibidas”. El locutor radiofónico le dijo al gobierno: “Todo forma parte de una conspiración judío-masónica”. Y así sucesivamente. “Apunten ¡fuego!”, dijo el gorila, y un camión recogió los cadáveres.

El conservador le dijo al socialista: “Tu política social es buena, pero hay cosas con las que no estoy de acuerdo”. El socialista le dijo al banquero: “Entre los dos vamos a intentar idear algo para levantar el país”. El banquero le dijo al hipotecado: “Voy a menguar mi sueldo millonario para tratar de ayudarte”. El hipotecado le dijo al mendigo: “Si las cosas se me tuercen mucho, yo podría ser tú”. El mendigo le dijo al cura: “Muchos de los suyos sacrifican su vida para echarnos una mano”. El cura le dijo al abortista: “Dios creó al lince y al hombre de igual forma: haciéndoles libres”. El abortista le dijo al republicano: “Gracias por aceptar mi libertad para decidir”. El republicano le dijo al monárquico: “Al fin y al cabo lo que buscamos los dos es una democracia”. El monárquico le dijo al anarquista: “¿Qué te parece si leemos juntos a Maquiavelo y a Bakunin, a ver si sacamos algo en claro?”. El anarquista le dijo al comunista: “Ambos buscamos que todos los hombres sean iguales, tampoco nos distinguimos tanto”. El comunista le dijo al locutor radiofónico: “Defiendo la libertad de prensa, aunque no comparto lo que dices”. El locutor radiofónico le dijo al gobierno: “Intentaré ser objetivo”. Y así sucesivamente. “Apunten” dijo el gorila. Entonces los soldados le apuntaron a él.

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